El grito eufórico de Beppe Grillo, "A casa",
"todos a casa", referido a los políticos italianos, ha cambiado el
escenario electoral e institucional en Italia. El movimiento 5 estrellas de la
antipolítica, ha traducido en las condiciones de crisis, incertidumbre y
profundo desencanto italiano, el clamor argentino del corralito: "Que se
vayan todos".
Grillo se define antipartido y como un movimiento de
ciudadanía de la antipolítica. El grueso de la campaña ha sido contra la
corrupción abrumadora del sistema político, incluyendo a los y las políticas de
la derecha y de la izquierda.
La UE de la Troika había impuesto en Italia un presidente y
un gobierno tecnócrata, de la derecha pura y dura, que ha fracasado
completamente con las políticas de recortes de austeridad. La indignación y
descontento se ha canalizado contra el sistema político y sus representantes
visibles de los partidos políticos.
La rebeldía ciudadana ha provocado un doble efecto
electoral. Un Congreso dominado por el centro izquierda, del PD, y un Senado en
clave Berlusconi. Son ingredientes que hacen un cóctel institucional
ingobernable que de momento bloquea la formación de un gobierno. El complemento
es un 25,5 % de votos por el movimiento 5 estrellas de Beppe Grillo, que
predica el colapso del sistema económico y niega el apoyo a ninguno de los
partidos para formar gobierno.
La antipolítica ha tomado cuerpo. El foso que rodea las
instituciones políticas, incluidos los partidos, separa y excluye a la
población y a la ciudadanía de los asuntos económicos y políticos. La
desconfianza se extiende por doquier.
No es una situación muy ajena a la de Cataluña, a pesar de
las indudables diferencias. El desasosiego ciudadano y la indignación debe
madurar políticamente desde las movilizaciones. Los partidos de izquierdas
tienen que hacer el doble paso de despegarse del parlamentarismo
institucionalizado hegemonizado por la derecha y los poderes económicos, y
lograr incorporarse a todo lo que se mueve, para construir dentro una genuina
alternativa política.
La jornada de Golpeamos juntas y la de #elcarreralcongrés (la
calle al Congreso) ha sido un toque de atención positivo al buscar caminos
unitarios, al menos en las movilizaciones.
No sabemos si surgirá la antipolítica autóctona, estilo
Grillo; pero sí hemos establecido la necesidad de avanzar hacia un nuevo
espacio político. Debemos hacerlo desde la resistencia social y la rebeldía,
con el Sindicalismo, las Huelgas, los Movimientos Sociales, Nuevos Movimientos
Sociales, las Mareas. Ahora actuamos con el 8 de marzo Día de la Mujer
trabajadora y el 10 M Jornada europea contra el paro y la corrupción.
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