Nace ERABAKI, “Decidir”, para la reflexión sobre la confluencia de la izquierda vasca

La partición de la izquierda federalista vasca de EBB es una consecuencia de los cambios que se están operando en el nuevo escenario marcado por la estrategia democrática de la izquierda abertzale hegemonizada por Batasuna. La constitución de Sortu, aunque ilegalizada, con la decisión de ETA de acallar las armas y atentados, se ha vehiculizado a través de Bildu con un gran apoyo popular social y electoral.

La presión democrática hegemonizada por el fenómeno Bildu ha trastocado todos los parámetros en que se venía desarrollando la espiral de una violencia sin conclusión, cuyos polos estaban en la represión política, judicial y represiva del terrorismo estatal, y por el otro en la acción terrorista individual de ETA. El móvil era el sometimiento de la libertad de Euskadi y la negación del fenómeno democrático vasco, o la libertad con la independencia vasca. Las víctimas las ponían la población vasca. A través del pacto antiterrorista del PP-PSOE, de la judicatura, de la Ley de partidos políticos, y de la represión policial, se coartaban y anulaban las libertades democráticas de expresión, prensa, asociación y manifestación.

El brazo armado del movimiento de liberación nacional vasco, ETA, no consiguió imponerse con la lucha armada y ha aceptado que se abría un nuevo ciclo político de lucha política y democrática. ETA ha asumido que el protagonismo correspondía a otras fuerzas, políticas, a la ciudadanía y sociedad vasca, y los métodos tenían que ser según los cauces democráticos. Una conclusión política es que los combatientes armados vascos, presionados por la nueva amplitud de la izquierda vasca independentista renovada, han inscrito en su ideario que es la sociedad vasca la que tiene que ejercer el derecho de autodeterminación, y por lo tanto es la ciudadanía la que tiene de decidir si quiere instituciones estatales propias o autonomía, si quiere la independencia del Estado español, o qué tipo de relaciones establece, de independencia, confederales o federales. ETA ha afirmado que respetaría el veredicto soberano ciudadano, siempre que fuera ejercido en libertad. Ahora queda que el gobierno y el Estado español también acepten y afirmen respetar el veredicto que surja libremente de la voluntad ciudadana vasca, sin coerciones ni chantajes legales o paralegales.

Estos cambios justo han empezado a producir unos efectos de gran envergadura en los distintos espacios políticos existentes. Lo que ahora se ha presentado y conocemos representado por Bildu se está ampliando. Los demás se han reducido.

Para la izquierda federalista representada por EBB se angosta un largo sendero que se ha andado desde la instauración de la Autonomía de Euskadi. Esta situación objetiva plantea la necesidad de profundizar y adecuar la perspectiva del tipo de alianzas entre la izquierda federalista y la nacional e independentista, como se probó con la propuesta política programática de “federalismo de libre adhesión” y la alianza con Aralar, pero con las nuevas realidades políticas y lo que representa Bildu. Esta necesidad objetiva se ha juntado con las consecuencias y lecciones pendientes de la experiencia de coalición en el gobierno con EA y PNV.

En vez de un estudio sereno y objetivo, Ezker Batua se ha deslizado por una espiral de descomposición y enfrentamiento suicida. Con el agravante que se puede liquidar a la mayoría inmensa de una afiliación desorientada y desanimada. La opción federal de IU de optar por una de las particiones abunda en la incomprensión de un fenómeno que parece abocar a la inanición, cuando lo que se necesita es atenerse al nuevo escenario político y contribuir a un debate político del conjunto de lo que ha venido representando EBB.

EBB está desangrándose en un enfrentamiento fratricida entre un Consejo Político regional, afecto al anterior coordinador, Javier Madrazo, quien hace unos días acaba de anunciar su baja de EBB, para distanciarse del escándalo de la negociación de Álava, y una Presidencia en torno al coordinador y diputado, Mikel Arana, y el EPK, que cuentan con el aval de IU federal.

En este contexto es donde eclosiona un grupo reflexión denominado ERABAKI (DECIDIR), para buscar la confluencia de la izquierda vasca. Los y las miembros del Consejo Político de EBB que han formado ERABAKI (Decidir) afirman que el nombre es “porque queremos que Euskal Herria tenga derecho a decidir y queremos que las bases de EBB Decidan”.

Las y los portavoces de ERABAKI han levantado una bandera muy asequible, con una cara sobre la confluencia de la izquierda vasca y la otra sobre la honestidad en los métodos de la práctica política. En la reflexión iniciada señalan que “es necesario evitar las fugas individuales y buscar salidas colectivas para impulsar desde la honestidad un gran confluencia de la Izquierda Vasca con independentistas y federalistas, ERABAKI puede ayudar, ahora procede una reflexión colectiva sin enfrentamientos sectarios e inútiles, debatamos con honestidad”.

ERABAKI critica al coordinador Mikel Arana por incumplir y actuar al margen de las decisiones de la Asamblea de EBb, además este nuevo grupo alza una voz para denunciar el grave error político de permitir que el PP gobierne en Álava (apoyado por el PSE), unido al escándalo de las negociaciones secretas. Indican que “no podemos como fuerza política transformadora, llevar a negociar cuestiones que no podamos defender públicamente ante nuestra base social y el electorado trabajador y progresista”.

Para este nuevo ámbito de reflexión en EBb, entre una parte y otra “han posibilitado matar el 5º espacio electoral, lo ha sido destruido por años”, cuando ya estaba muy maltrecho por la evolución en la situación política, es decir el espacio que correspondía precisamente a EBb y que dispone de un diputado.

A diferencia de la crispación en EBb, en ERABAKI hay ilusión y se dispone de una hoja de ruta clara: Compromiso social y sindical, “Decidir”, confluencia política y honestidad.