De la carta de La Aurora. La X Asamblea Federal deIzquierda Unida se va a celebrar los próximos 14, 15 y 16 de diciembre en
Madrid. La asamblea llega en medio de una creciente y, de momento, imparable
movilización social de un número cada vez mayor de sectores que se levantan
contra los hachazos a derechos tan básicos como sanidad, educación,
dependencia, justicia universal, acompañada de una crisis del modelo autonómico
estatal. Todo ello sobre un mar de fondo dominado por los 6 millones de
personas sin empleo, los desahucios o la pérdida de coberturas sociales. Este malestar y rechazo a la troika
comunitaria, a su fiel escudero Rajoy y
a las políticas neoliberales que los
impulsan necesita encontrar una expresión política para poder revertir el rumbo
y, en vez de “salvar a los más ricos de la crisis y a sus bancos”, ponerse a
trabajar por la clase trabajadora y la población modesta que necesita empleo,
educación, más transparencia y democracia, así como respeto a las pluralidad
nacional.
La X asamblea tiene el
reto de dar pasos en la construcción de una alternativa que, respondiendo a las
exigencias que puso sobre la mesa la
Cumbre social a través de la última huelga general, camine en
los términos de la suma, de la alternativa de gobierno y del giro hacia la
izquierda de toda la situación.
Para lograrlo, IU puede profundizar en
dos líneas. La primera, impulsar un amplio bloque social y político, que ahonde
y amplié todos los acuerdos que permitieron formar en las Cortes y tras las
últimas elecciones el grupo de la Izquierda Plural. Es necesario sumar y, para
ello, como hace poco en Galicia, habrá que contar con fuerzas populares
partidarias del irrenunciable derecho a decidir de los pueblos del actual
Estado, una concepción federal de libre determinación desde la alianza entre
federalistas e independentistas. A la vez hay que seguir mirando en la base
social y buscando en la base sindical y de voto socialista incrementar espacios
de unidad y alternativa.
La segunda línea es la que exige a IU
seguir impulsando en su seno los avances que representó el inconcluso esfuerzo
de refundación, para así promover una nueva fuerza política al estilo de la Syriza griega. Dicha
perspectiva ha de poner en valor todo el capital institucional y de
movilización que IU atesora. Por tanto, debe basarse en la pluralidad y el
respeto al trabajo de cada federación, en la soberanía de la ciudadanía de cada
población, y en buscar y encontrar aquello que une y no lo que nos divide. Sólo
así IU seguirá siendo una fuerza imprescindible.
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