Habrá un gobierno débil por las contradicciones entre CiU y ERC, con una legislatura convulsa por los embates de la crisis económica con
los recortes, rescate e intervenciones; se acrecentará la presión de las
movilizaciones sociales; el gobierno del Estado aplicará el máximo de fuerza
fáctica e institucional para bloquear todo plan de consulta soberana. La
legislatura se anuncia breve.
El mango de la sartén está cogido por dos manos, la de Mas
(CiU) y Junqueras (ERC). El pacto establecido, a pesar de la UDC de Duran
Lleida, contempla una Declaración de Soberanía del Pueblo de Cataluña, aprobar
una ley de consultas, abrir un proceso de negociación y diálogo con el Estado
español para el ejercicio del derecho a decidir que incluya la opción de
convocar un referéndum, crear el Consejo Catalán para la Transición Nacional,
convocar la consulta de acuerdo con el marco legal que la ampare, dentro del
plazo del siguiente año, con la excepción de que el contexto socioeconómico y
político requirieran una prórroga. La consulta es para que el pueblo de
Cataluña pueda pronunciarse sobre la posibilidad de que Cataluña se convierta
en un Estado en el marco europeo.
El pacto incluye elementos de Fiscalidad y Hacienda, rebajar
los recortes en 1.000 millones de euro, loable, pero que implica un oneroso
apoyo a unos Presupuestos de la Generalitat que incorporan 3.000 millones € de
nuevos recortes. Esto es un ataque en toda regla al cuerpo social y golpea
gravemente a la población trabajadora en general. Es una aceptación de la
inevitabilidad de la política de recortes, por lo tanto adoptar la lógica
patronal y de las grandes finanzas.
Investir al presidente Mas con estos nuevos recortes es
fatal y un agravio completo. La consulta y la libertad de Cataluña no pueden
blanquear este ataque a Cataluña, pues es una destrucción del tejido social
catalán y de las condiciones de trabajo, vida, salud y educación de la gente
catalana. El apoyo de ERC a estos recortes es un hecho que va contra el avance
de Cataluña.
Sin embargo, no debemos hacer depender la Consulta de los
recortes, como a veces parece haga quien es contrario a la consulta, o a la
independencia y nuevo Estado catalán. Tampoco es adecuado hacer depender lo
social y vincular menos recortes a la Consulta, en el sentido de quien defiende
que con la independencia habrá más dinero y menos crisis. La crisis económica
no se resolverá ni con la independencia. La crisis o se resuelve sola con su
gran marea destructiva, o es la movilización social la que puede llegar a
forjar conciencia y referente político, para imponer una relación de fuerzas y
unas políticas alternativas diametralmente diferentes.
La justificación de que "los recortes se harán igual
con la consulta o sin la consulta" es sólo en parte cierta. Eso será en la
medida que no se construya un frente social y político amplio y potente con
políticas con óptica social. Esto no se puede hacer de ninguna manera con CiU,
ni con la derecha catalana, ni tampoco la española.
Hemos de ser muy claros sobre las dos vertientes social y
democrática, sin supeditaciones castradoras, interesadas, de poderes económicos
explotadores y dominantes. Debemos defender a fondo la realización efectiva de
la Consulta y que sea vinculante. Al mismo tiempo, aunque en un plano
diferenciado, tenemos que movilizar a fondo contra los recortes.
Consulta SI, Recortes NO.
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