El Consell Nacional de EUiA, por mayoría de dos tercios, rechazó en Cataluña la táctica de "pedir a la Coalición ICV-EUiA plantar cara al Decreto Zapatero, y no aceptar otros Decretos que no se le opongan". Es decir, se considera que no hay condiciones para oponerse y frenar el Decreto del gobierno del Estado, ni para evitar su aplicación en Cataluña. Se considera obligado que una vez aprobado en Madrid hay el imperativo legal de aplicarlo por parte del Gobierno de la Generalidad. Esta obligación se hace extensiva al voto de las y los diputados en el Parlamento catalán.
Una de las razones es para no forzar elecciones anticipadas con la caída del gobierno de coalición entre PSC, ERC, ICV-EUiA, lo que se teme conduciría sin dilación al gobierno de la derecha, de CiU. La dirección de EUiA no quiere ni oír escenarios de apuntalar al gobierno Montilla desde el Parlamento para evitar la entrada o recuperación de CiU. Tampoco se quiere ver que con unas elecciones previstas para noviembre, es decir en seis meses, los temores son más bien ociosos. Las elecciones están a la vuelta de la esquina con la derecha crecida. El gobierno catalán con este Decreto va a compartir el desahucio que se hace Zapatero en el gobierno del Estado.
La concepción de que en Cataluña se pueden hacer las cosas diferentes en referencia a las condiciones trabajadoras, con la ilusión de que se consiguen unos pocos impuestos, me hace pensar en el espejismo y la imagen del oasis catalán.
El razonamiento de que "tenemos en la calle la batalla perdida" conduce a la táctica "de lo perdido saca lo que puedas", antes incluso de probar y librar la lucha.
El temor a perder y quedar en peores condiciones a las iniciales es el ingrediente que cimienta la negativa de la mayoría de la dirección de EUiA a dar la batalla en el Parlamento y en el gobierno.
Es una posición de derrotismo de izquierdas, parlamentarismo pueril, en el espejismo del oasis catalán. Será la derecha quien sacará tajada de que la izquierda ni siquiera plante cara en todos los ámbitos donde le es posible, desde la calle, a las empresas, centros de estudio, ayuntamientos, parlamento y gobierno.
La táctica derrotista diverge de la movilización sindical convocada; su contenido es profundamente conservador, con una gran dosis de desmoralización, parálisis y de división trabajadora.
Este derrotismo no se produce en cualquier momento. Estamos en una posible segunda fase más profunda de la crisis, hay un Decreto que es un ataque directo a las condiciones laborales y de vida trabajadoras, hay convocada por los una huelga general del Sector público el 8 de Junio, hay alerta para Huelga General si se decreta la reforma laboral de ZP.
Cuando hay una posibilidad importante de movilización que abre expectativas para propuestas de izquierdas, entonces en Cataluña se mantiene la disciplina y la solidaridad con el gobierno a pesar de que se sigue analizando las medidas de "injustas, inaceptables e ineficaces".
La bandera del proyecto de movimiento que impulsa EUiA, queda ahora en manos de la movilización sindical. En la arena institucional esta bandera de alternativa trabajadora y combativa se esconde, secuestrada para no entorpecer las medidas de derechas de un gobierno formado por organizaciones de base social trabajadora que se nombran de izquierdas.
Ilustración de Max.
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