Rosa: Des-fundación

Rosa Aguilar ha tomado la decisión personal de formar parte del gobierno de Andalucía, de la mano del nuevo presidente (PSOE).

Podemos tratarlo como una decisión unilateral, ponerle pasión, anatemizarla, excomulgarla. Podemos señalar que no pasa nada e IU sigue reforzada al echar lastre. Incluso que ya se veía venir, o se cocía hace tiempo. Pero es mejor examinar la realidad, sopesar las consecuencias, y sobretodo comprender las causas que han permitido ese desenlace y no otro. ¿Es síntoma de desbandada o sólo una gran vía de agua en el barco a refundar? ¿Des-fundación en vez de refundación?

Personalmente respeto a la persona, a su decisión, y estoy radicalmente en desacuerdo con ella. Lo veo algo más que un error. Lo veo como pasar el Rubicón hacia otro paradigma político. Ya dijo una vez Bono aquello de que los caladeros del PSOE estaban a la derecha.

Lo siento de veras. Lo siento por Rosa, pero también por Izquierda Unida. Y lo siento por el despegue de la nueva coalición para las elecciones europeas “La izquierda”. La deserción de Rosa, si podemos llamarla así, es un aldabonazo demasiado fuerte para no darse cuenta de que IU se puede encontrar como el correcaminos de la historieta, corriendo hasta la mitad del barranco, con el suelo del millón de votantes desaparecido.

Porque Rosa era (ya no es) la alcaldesa de IU. Era una rosa y mucho más que eso. Se le ofreció la coordinación de IU en la recién Asamblea de Rivas y la rechazó amparándose en la alcaldía. En cambio estaba en principio dispuesta a ser la cabeza de cartel para las próximas elecciones generales.

Rosa no consideraba que pudiera serlo todo en IU. Su espantada nos fuerza a situar el rumbo en la refundación, en la movilización en la estela sindical, en la inmersión en los movimientos que surgen y en los que bregan la gente más joven.