15/10/12

IU vota por la consulta del derecho a decidir

El voto del PSOE (PSC) en el Parlamento negaba, tras y junto al PP, la posibilidad legal de una consulta en Cataluña para que la ciudadanía decidiera democráticamente sobre su relación con el Estado.  La Izquierda Plural e IU trazó otro camino de coherencia con la defensa de la consulta por el derecho a decidir.


En Cataluña lo que se denomina pulsión independentista va en aumento masivo. Por supuesto en España opera otra pulsión, la de que la unión y el Estado del Reino es indiscutible.
Quizás conviene reflexionar que hasta en lo más profundo de la corteza de la Tierra las cosas no son inalterables y eternas. Las placas tectónicas se separan, se juntan, se superponen, chocan entre sí, su onda expansiva produce fenómenos que aún la humanidad no puede evitar, aunque sus consecuencias nefastas sí las puede paliar enormemente con previsión suficiente.
Las placas españolas  -del nacionalismo gran español-, vascas -nacionalismo euskaldun-, y catalanas -nacionalismo catalán- están en movimiento telúrico. Sus desplazamientos en un sentido y otro, a la juntura y superposición o a la separación, son difícilmente evitables, a no ser por la decisión soberana y amplia de cada parte ciudadana, popular y nacional.
La formación de los Estados burgueses después de la gran revolución francesa de 1789, sepultó al feudalismo. Permitió vislumbrar las grandes ventajas de las más amplias unidades territoriales en una misma estructura política.
Pero Europa se quedó corta con unos muchos Estados nacionales. Con el aliciente que en la mayoría de ellos se fundió la clase dominante en una sola, mientras en otros no se completaba esta integración de diferentes colectivos económicos, territoriales, de lengua, nacionales, en una sola nación-estado, con una clase privilegiada bien compenetrada e integrada. Para completar la variedad de las especies en Europa conviven Repúblicas con Reinos.
La Estaña, una, grande y libre, con destino en lo universal, que tiene sus raíces en la herencia feudal y de la  monarquía absoluta, quedó sintetizada por la Falange española de José Antonio Primo de Rivera y por los Principios del Movimiento Nacional de la dictadura de Francisco Franco. El PP y la derecha española ha conservado y alimentado este espíritu y conciencia nacional gran española.
Aunque desde los procesos que condujeron a la I República (1873), se fue abriendo camino una concepción republicana federalista que ha impregnado a toda la izquierda, en dos vertientes. Nació también una concepción ibérica, hoy sería genuina europeísta, de relación libre unitaria desde la soberanía democrática republicana de cada pueblo y nación, representada en su momento por las concepciones de la I Internacional en España y por el ideario del presidente Pi i Margall.
La otra fue la republicana conservadora de Salmerón, que coincidía con la monárquica de la restauración, negaba de plano un encaje acordado pues lo consideraba una unidad innegociable.
El voto favorable del grupo de la Izquierda Plural con IU delimitó la opción democrática. En el Estado viven y conviven distintas naciones, estas se han de entender y relacionar desde la decisión libre y democrática, por encima de la coerción impuesta de corte dictatorial.
La Izquierda Plural e IU son hoy las fuerzas políticas estatales parlamentarias dispuestas a ser aliadas con los fenómenos nacionales distintos del nacionalismo gran español. EUiA de Cataluña, y también ICV, ha jugado un papel de primerísimo orden en esta nueva realidad política. El acuerdo electoral entre EU en Galicia y Anova  Irmandade, con Alternativa Esquerda Galega es una valiosa concreción. En Euskadi se puede llegar a operar en un futuro próximo una perspectiva de este tipo con EH Bildu. EUiA trabaja en ese sentido con su orientación de alianza entre federalistas, autonomistas e  independentistas.

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