Pueden haber venido para quedarse pero faltará verlo según capeen los embates de la crisis. Mas puede intentar copiar los tics pujolistas, ahora bien la situación política es muy distinta. Hoy en día ya no se sale de una dictadura a la que nadie quería regresar; mientras la crisis económica es la cruda realidad obra del mercado, de las finanzas capitalistas y del sistema social burgués.
Por supuesto quizás sueñen en otros veintitrés años convergentes. Incluso es posible que Mas se lo crea. El caballero Mas derrotando al dragón popular trabajador, a la crisis económica, y conteniendo las ansias nacional españolas de poner en cintura y diluir las autonomías (re-centralizarlas), más en concreto la catalana y la vasca. De momento la Cataluña a salvar, en vez de la doncella de la leyenda, se la aplica una sobredosis de restricciones que pueden dejar un cuerpo anoréxico, en plan peor el remedio que la enfermedad. Eso en el caso de que la tal doncella espere y confíe en algo de tamaño salvador.
A los ejecutivos ESADE y al gobierno del presiente Mas les falta quizás lo esencial. En su afán de hegemonizar desde los segmentos populares trabajadores hasta las clases propietarias media y alta, poco claro dejan precisamente aquello de lo que tanto alardean: un proyecto político de país, un poco más allá de gestionar con convicción y brutalidad los recortes presupuestarios y la privatización de los servicios públicos, o de intentar retener un sector financiero de capitalidad catalana.
¿Qué ofrece el caballero Mas para el frustrado sentimiento popular democrático de la manifestación del 10 de julio pasado contra la inconstitucionalidad del Estatut con su lema “Nosotros decidimos”? ¿Cómo pretende el gobierno MAS rebajar el paro si lo que hace es asfixiar el funcionamiento y la inversión pública?
La burguesía catalana ha ganado el Parlamento y el gobierno, aún así no emite ni atisbo de señales de ser capaz de un enfoque democrático y convincente de la libertad nacional, por lo tanto en movilizar al conjunto de la sociedad para hacerlo posible. Tampoco se ven indicios de un enfoque mínimo para la mejora social.
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