En 9 Barris de Barcelona. |
La Constitución de 1978 que entronizó una segunda
restauración borbónica con un Estado del Reino de España, no aguanta los
embates del paso del tiempo, de las necesidades sociales y de las demandas democráticas.
El PP, el PSOE, la Corona y el extenso entramado oligárquico estatal, no están
en condiciones políticas de una continuidad renovada, o de un nuevo pacto de
monarquía pseudo-federalizada. El bipartidismo sólo sirve a la reacción e
involución más descarada, la corona no se sostiene cómo el pilar de la
democracia ni pasada, ni actual ni futura.
El sustrato republicanista español necesita reinventarse con
nuevas y vigorosas alianzas con los federalismos, soberanismos e independentismos
periféricos, es decir de las diferentes realidades, pueblos y naciones que
componen la actual pluralidad dentro del Estado español.
España, Catalunya, Euskal Herria y Galiza, sin prejuzgar
otras posibilidades, han de innovar en sus expectativas, perspectivas y posibilidades
políticas. Las experiencias históricas son ilustrativas. Hoy en día, y en el
futuro próximo, un proceso democrático republicano en el Reino de España tiene
que tomar nota y energía del vigor mostrado por la masiva ciudadanía de Catalunya
por la realización de su Consulta, con la reivindicación popular del
"Somos una Nación, Nosotros decidimos, Libertad, Nuevo Estado de Europa,
Hacia la Independencia". La Vía catalana de 2013 y la preparación de la
"V" ("Voluntad, Votar, Victoria") de 2014 son una
concreción de la posibilidad cierta de ruptura de la Constitución de 1978.
El municipalismo se cubrió de gloria, fiesta y libertad hace
ochenta y tres años, al proclamar la República el 14 de abril de 1931. En Éibar
se adelantaron un día; la marea republicana siguió su curso, mientras el rey Borbón
abdicaba y se fugaba.
Republicanos y monárquicos conversos a toda prisa se
pusieron delante de la irrupción de la revolución democrática en la que la
clase trabajadora era actora fundamental. El 12 de abril las fuerzas republicanas
habían ganado las elecciones municipales. El pueblo se lanzó a la calle y los generales
militaristas no pudieron ante la explosión popular.
Francesc Macià proclamó unilateralmente "la República
catalana a la espera que los otros pueblos de España se constituyan como
Repúblicas, para formar la Confederación Ibérica". En otro discurso
proclamaba: "la República catalana como Estado integrante de la Federación
ibérica". Macià asume provisionalmente las funciones de Presidente del
Gobierno de Cataluña, según los acuerdos del pacto de San Sebastián (17 de
agosto de 1930). Tres días después se termina esta experiencia por la negativa
del gobierno provisional de la II República española. El 17 de abril las fuerzas
españolas y catalanas pactan una Generalitat de Catalunya y un futuro Estatut en
el que habría el Derecho de Autodeterminación.
República, Repúblicas! Federación “ibérica” o confederación.
Para que haya una 3ª República necesitamos ruptura con la Constitución,
movimiento masivo ciudadanía y… alianzas con el proceso de ritmo más avanzado
en Cataluña y el que le puede seguir vasco.
El No del Congreso a la realización de una Consulta acordada
en Cataluña es la afirmación de la continuidad constitucional sin voluntad
política de reforma para incluir el derecho a la autodeterminación. Un
republicanismo federalista unionista de obligada unión estatal, basado en la perspectiva
de reforma de la Constitución, aparece más improbable e incierto que una
ruptura desde el choque de soberanías entre Catalunya i España. No hay suficientes
fuerzas vivas movilizadas para el republicanismo unionista. Para impulsar
movimiento republicano y ruptura constitucional se necesita la alianza con
todos los federalismos nacionales y las voluntades ciudadanas de independencia.
El símbolo de la independencia representa cada vez más, a cada negativa estatal
constitucional, la posibilidad de ruptura y de rehacer una relaciones
republicanas en igualdad entre los pueblos, según la libre decisión de cada uno
de ellos..
Para una 3ª República española la perspectiva actual muestra
que será más asequible con una República catalana, con mayor relación -federal, confederal- o
ninguna, según las alianzas que se establezcan en esta lucha.
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