En plena canícula de verano el presidente del gobierno, Rajoy, abraza la retórica entusiasta para tranquilizar a los señores del capital financiero. Así pretende mostrar una firmeza y estabilidad que está bien lejos de la realidad el Estado del Reino de España.
La legalidad de la mayoría absoluta del PP, apuntalada por
un PSOE, que intenta un lavado de cara que tiene más de maquillaje que de
reformulación y cambio de la estrategia
política, a pesar del rejuvenecimiento de su líder, no es suficiente para
afrontar la intensa pérdida de legitimidad política por parte del bipartidismo
entre el PSOE y el PP, como del Estado y de la Corona.
Tres cuestiones ha
tratado el presidente. La crisis económica, la crisis del Estado de las
Autonomías y la política fiscal.
En ninguna de ellas se aprecia capacidad de adecuar la
política gubernamental a las necesidades políticas concretas, bien graves y
onerosas para la inmensa mayoría de la población española.
Los negros nubarrones anuncian que la tormenta se acerca y
va a descargar con gota gruesa, rayos y truenos, pero este gobierno PP está
superado y no tiene margen económico para encauzar las políticas que necesitan
millones de personas.
“Ha llegado para quedarse”
“La recuperación es firme y ha llegado para quedarse”. Unos ligeros
picos en la evolución del PIB (+0,6%), una generosa previsión de un crecimiento
anual del 2% para 2015, una ligera disminución en el paro (24,5% población
activa), con un crecimiento de 1,1%, el silencio absoluto sobre la emigración
que provoca decrecimiento neto poblacional, una ignorancia grosera de las
políticas de ajuste y recorte que rompen todos los colchones y equilibrios de
servicios públicos con la consiguiente merma de derechos e involución en el
nivel de vida.
El mismo Rajoy se ve obligado a decir que esta recuperación
aún no se notará para la población. La deflación es una sombra alargada
imposible de iluminar.
Ingeniería gestual en vez de una política económica como la
que exigen los Sindicatos y los movimientos como la Marcha de la Dignidad (“Pan,
Trabajo, Techo”).
La política fiscal es un contrasentido. No hay ninguna
progresión en medidas que permitan acercar la fiscalidad española a la media
europea, tampoco respecto al fraude fiscal, ni a la economía sumergida. Estamos
ante otro paño caliente para que beneficie al 3% de la población, sin ver el
final del túnel para el restante 97%.
“La unidad de España no peligra”
Tras la entrevista entre Rajoy y Mas, en la que no hubo ningún
hilillo verde de esperanza de acuerdo, para Rajoy se excluye toda la carga de
crisis de ruptura y desaparición del Estado de las Autonomías.
“El señor Mas ha dicho que no va a hacer nada contrario a la
ley”. Así de lapidario ha despachado el presidente del gobierno del Estado el
proceso catalán “hacia la independencia”, que tiene dos hitos claves. El próximo
Once de septiembre, donde la ANC y Omnium Cultural han convocado una nueva
multitudinaria “V” para superar, en organización (100.000 personas voluntarias)
y en personas, a la Via catalana de 400 km y 1.600.000 personas de 2013. Este
11S es el preludio de conseguir según la ANC el “Votar y Vencer” con la
consulta del 9 de Noviembre. Tres meses a la vista.
El presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, no
controla el proceso soberanista. Como tampoco domina a la coalición catalana,
CiU, ni a su propio partido CDC; lo ha evidenciado el escándalo de la
defraudación del clan del expresidente Jordi Pujol. Mas no consigue ampliar su
base gubernamental, mientras cada día que pasa depende más de lo que haga ERC y
del anhelo popular que se expresa en a movilización ciudadana de la Asamblea
Nacional Catalana (ANC).
El cierre de filas del nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez,
con el PP, contra la consulta catalana sólo agrava la incapacidad de una
democratización general.
Ruptura social y democrática
Cada vez más nos encaminamos a un escenario donde o hay una
ruptura clara con la política económica y con la Constitución de 1978 y su
Estado coronado, o se generará una involución peor en el trabajo y las
condiciones de vida, con una reacción en la democracia -clara en el decomiso de
las más de 100 Herrico Tabernas y las condenas de prisión para 20 activistas y
dirigentes vascos-, incluida la liquidación de las Autonomías.
El otoño social de la dignidad juntos en el tiempo con el
proceso soberanista catalán de la consulta del 9 de Noviembre, pueden fundirse
en un frente de movilización y ruptura que ponga una perspectiva social y unas
concepciones estatales bien distintas de las gravosas actuales.
Unidad y libertades republicanistas es el reto de toda
entidad y organización que se precie de izquierdas para situar las políticas adecuadas
a la mayoría de la ciudadanía y de la población.
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