25/6/11

Indignados/as 15 M: Un movimiento inédito y original

El 15 de mayo eclosionó en la mayoría de las principales ciudades una masiva rebelión de personas jóvenes indignadas con las consecuencias de la crisis económica. La movilización de las plazas y las asambleas multitudinarias de miles de personas va por su tercera semana de vida, mientras concita el interés de la juventud y la simpatía de la población trabajadora. El Movimiento 15 M es algo inédito y original en el panorama social y político. Con las plazas ocupadas cívicamente por este movimiento 15 M, la juventud ha conseguido hacer oír su voz.

Rebelión

El tremendo éxito del libro "Indignaos" de Stephane Hessel fue un preludio que anunciaba la existencia de una corriente de fondo que no disponía de cauces de expresión. La masiva manifestación de jóvenes en Lisboa fue otro punto de inflexión de que el mundo se movía y había vida más allá de las instituciones oficiales del poder y de las propias estructuras de los partidos, tanto de los parlamentarios como de los extraparlamentarios. Un telón de fondo ha sido el impacto de la revolución democrática árabe, en especial en Túnez y en Egipto con su plaza Tahrir. Las acciones del movimiento antiglobalización de los Foros Sociales Mundiales. Otro las experiencias acumuladas de convocatorias en todas las ciudades, en el mismo día y con consignas similares. Eso desde el No a la guerra de Irak, hasta las de V de vivienda por parte de jóvenes para los que el mileurismo era una esperanza a alcanzar. Los casi cinco millones de personas en el paro forma parte de un caldo de cultivo para la impotencia de la población. Ha sido entre la juventud en la que ha calado el grito de Lisboa de Juventud sin futuro.

El movimiento cuajó desde agrupamientos incipientes como Democracia real ya! y Jóvenes sin futuro. Se formó la fantástica bola de nieve que ha llenado las plazas de jóvenes movilizados, con las asambleas que debaten estructuran, denuncian y proponen de todo aquello que consideran que afectan al futuro social y político.

En estas tres intensas semanas este movimiento cívico se ha convertido en la movilización con ciertos elementos de organización de gente joven más importante de España desde hace treinta años, con una carga política indudable que nadie puede desconocer.

Indignación y decepción

"No somos antisistema. El sistema es anti Nosotros/as" o la variante "Somos cambia-Sistema", "Plaza SOL-ución" (en el Metro Sol de Puerta del Sol), "Me sobra mucho mes al final del sueldo", son algunas de las consignas que se pueden leer, junto a las que reivindican democracia real participativa, control de Bancos, partidos y políticos.

Las consignas, como las reivindicaciones que se van desgranando, expresan una profunda decepción con los mecanismos políticos del poder establecido, sus realidades económicas, sus instituciones y partidos. Además de la indignación de ser generaciones excluidas del sistema económico, casi condenadas en las expectativas de trabajo. La fosa abstencionista alertaba de una ciudadanía creciente que se abstiene de la institución electoral, y en general de la mecánica política institucional, en muchos casos poco diferente en las políticas de los gobiernos favorables a la austeridad y recortes sin fin, a pesar de que las apliquen las llamadas derechas o izquierdas. La vivencia de la movilización trabajadora sindicalista que consiguió la huelga general también se truncó y no consiguió resultados, fuese en la reforma laboral o en las propias propuestas para enfrentar la crisis de manera que las soluciones fueran favorables para la población. Emerge en este caso, con el movimiento 15 M, una nueva capacidad de compromiso, con una voluntad en hacer las cosas diferentes para que sus resultados sean también distintos a la perspectiva de postración que la crisis provoca.

Ilusión

Hay mucha ilusión por parte de miles de jóvenes es esta experiencia tan positiva. La composición de sus participantes es de un espectro popular muy amplio, de todas las capas y estratos sociales. Esto forma parte de su capacidad comunicativa con gran simpatía en la población. La forma cívica, honesta y en parte fresca e inocente, muy democrática y respetuosa, expresa un sentimiento y conciencia política de capas profundas de la sociedad. En las asambleas se nota enseguida en ciertas intervenciones que señalan que "es la primera vez", que "nunca se habían atrevido a hablar en público y menos anta tantísima gente". La masa de gente de miles de jóvenes "indignadas" (se pelea por un lenguaje no sexista en que convivan el femenino con el masculino, y el neutro o genérico no vuelva al masculino) es otro destello de clarividencia de igualdad entre las personas participantes.

Trabajo y conciencia

Hay mucho a aprender de estas tres semanas de convivencia, compromiso y movilización. Para las tendencias revolucionarias este movimiento es como agua de mayo. Muestra que hay y habrá lucha, movimiento, movilización y capacidad de organización.

Desde las asambleas en las plazas se está usando con creatividad muchas de las tecnologías y métodos de comunicación y dinámica de grupos, impensables sin lo que se denomina sociedad del conocimiento. La reflexión y el debate para la toma de decisiones es asamblearia. De subcomisiones (se forman las que se proponen), a comisiones, intercomisiones, y todo va a la asamblea general multitudinaria. Se actúa en diálogo, se fomenta el consenso y la posición colectiva, se interactúa con las manos mientras la gente habla (bien o si, mal o no, se repite o enrolla, no se oye, a debatir, etc.) pero sin interrumpir. Se es capaz de resolver los conflictos de forma natural y reflexiva, se rebaja la tensión cuando empieza a subir, hay una propaganda continua para no consumir alcohol para tener la cabeza clara y evitar las peleas.

La movilización como red social se materializa en el micro clima de convivencia generados desde las plazas. Las tentativas de imponer determinadas propuestas, o las de bloquear la concentración de los puntos mínimos, o las de proclamar un deseable asalto al poder económico y político, se estrellan ante la masividad de la participación que consigue expresar unos puntos de programa, acordes con el nivel de conciencia de gente que se aboca por primera vez a una reflexión y debate social y político. Por ejemplo, a pesar de la magnificación de los medios de comunicación y de los voceros partidistas de la burguesía, no hubo llamamiento a la abstención ante las elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo. Cada cual fue a votar o a no votar en completa responsabilidad cívica.

Hay mucha persona activista que su ilusión es trabajar por la causa, aprender, conseguir un criterio político propio crítico, ser una parte útil en un proceso colectivo; se sienten protagonistas y toman conciencia de que juntos y juntas, con mucha gente, se pueden conseguir cosas. Y la crítica joven es certera. Ha convertido las plazas en símbolos jóvenes y de izquierdas.

Maduración

El movimiento se debate entre unas reivindicaciones de propaganda de máximos y unas prácticas alcanzables de mínimos. En los ocho puntos principales destacan el control de los políticos y sus sueldos, el control democrático de las instituciones políticas, el cambio de la ley electoral, medidas contra el paro, las hipotecas y desahucios, control de los bancos, medidas fiscales contra los más ricos, reducción del gasto militar, derecho a la vivienda, etc. También debate si se estructura o no. O si se extiende por los barrios y poblaciones, y entonces cómo mantiene su masividad y coordinación.

Desde las asambleas se genera la preocupación y la necesidad de ampliar hacia el conjunto de la gente joven trabajadora y a la población. Al pasar los días avanza la estructuración, aunque hay la conciencia de que en las plazas no se puede durar eternamente. De hecho la agresión represiva derrotada en Barcelona, ha sido un acicate para proseguir. Ahora con varias movilizaciones previstas se pretende entroncar con otras acciones de lucha trabajadora.

Es muy importante que el movimiento avance desde sus mismos postulados y activistas. Estamos ante un nivel de conciencia que viene a quedarse, a formar parte de los nuevos peldaños que ascienda la gente joven, sea con la continuidad o en otros nuevos estallidos y situaciones.

Publicado en LA AURORA de junio.

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